Para empezar con este articulo, vamos a utilizar una anécdota que hace referencia a lo que es una autentica negociación:
En una oportunidad el señor Diego quería comprar un broche para su corbata con una importante perla y así se lo solicitó a su joyero.
Después de una intensa búsqueda el joyero consiguió la preciada perla, y se la hizo llegar a su cliente, el señor Diego, en un precioso estuche que iba acompañado de una factura de cinco mil dólares.
El señor Diego observó la joya y la correspondiente factura, llamó al cadete de su oficina y le solicitó fuera a la joyería y devolviera al joyero su estuche, su factura y le entregara una carta.
La misma decía: Me gusta mucho la perla, pero no me agrada su precio. Por lo tanto le ruego acepte este estuche por cuatro mil dólares y me reintegre la perla que ahora obra en su poder.
El joyero, muy molesto, rechazó la propuesta; retuvo el cheque y le devolvió el cheque al cadete del señor Diego para que le fuera entregado.
Cuando éste se hubo retirado, precedió a abrir el estuche y cual no sería su asombro cuando se encontró con que la perla no estaba y en cambio había un cheque por cinco mil dólares.
Esta breve historia contiene muchos mensajes, porque estamos hablando de retener clientes, de seducir clientes. Y muchas veces vemos a los clientes como proveedores de dinero, que de alguna manera queremos manipular.